Fotografías, tamaños variables.

Faltaba poco para que el mediterráneo fuera algo lejano otra vez. Cuando tomé consciencia de esto, las paredes de la casa temporaria se convirtieron en un mar. Telas como pieles al sol. Una santa desnuda. Dos limones, dos caracolas, piedras como huesos. Líquenes errantes en las paredes. Un león tallado en piedra y decapitado.
Una piedra que parece un pan. Cuando me voy, demoro en volver y en irme otra vez.
Pienso que somos iguales a las cosas que se mueven.