5 intenciones y 1 defecto
Un recorrido visual por la provincia de Salta
Construcción, traslado y emplazamiento de la piedra. Video-instalación en el MAC de Salta.
Fórmula para piedra bola
Tuve la oportunidad de conocer de cerca el proyecto 5 intenciones y un defecto, en particular el de Ivana ya que quedamos en que le daba una mano con los materiales que usaría para la argamasa que recubriría la piedra bola. Nos vimos antes de uno de sus viajes a Salta para trabajar justamente en eso y hablamos bastante del tema: me mostró algunas pruebas que había hecho pero todavía no daba con una fórmula que se adaptara exactamente a las exigencias del proyecto. Después de darle algunas vueltas y tomando algo de acá y algo de allá vimos que se podría armar algo efectivo.
Igual me quedé pensando en lo que hablamos ese día, en la profundidad de algunos procesos y me di cuenta que -de las cosas que más me interesan en el arte- por lo general tienen que ver con lo secreto, en el sentido en que uno se termina preguntando por lo que no se dice o no se ve.
Esta reflexión de alguna manera me hizo más consciente de mi trabajo. Ahora me detengo, observo y siento cómo de lo observado surge espontáneamente la inquietud de hacer o decir.
Ahora bien, si observo la idea de la piedra bola creo que hay que ir hacia lo desconocido. Ahí todo se vuelve inestable; esto implica enfrentar el caos, tomar caminos inciertos: soltar la idea, la cosa y el resultado. No hay nada seguro, no hay garantías. El artista es empujado constantemente al riesgo de hacer descubrimientos y al de preguntarse por qué algo es nuevo.
Mientras escribo este texto me distraigo, tomo mate, entro a Facebook y veo que postean una foto de la piedra bola, tomada mientras es empujada hacia su destino.
Pienso que algunas acciones, son, en sí mismas, un modo de encontrar un sentido en lo que se está haciendo.
Me pregunto con cuántos descubrimientos se habrá tropezado Ivana.
Cuáles serán finalmente las proporciones de materiales en la fórmula para la piedra bola.
Hasta qué punto empujamos las cosas.
O las cosas nos empujan.
Fátima Magallanes
nosotros y la piedra
despertamos de noche
nos vestimos de gris
nos delineamos los ojos
cargamos los bolsos, grises
nos sonreímos en la ruta, en una nube de complicidad
abrazamos la piedra mientras amanecía
le cantamos una canción a su destino,
sentimos un escalofrío
estiramos las piernas
reconocimos nuestros guantes
nuestros ojos repasaron la coreografía
en un susurro secreto
entonces empezamos a empujarla
juntos
la sostuvimos
la curamos
la acompañamos, viéndola transformarse
hasta casi perder su forma piedra bola
hasta que quedó desnudo su vacío
que era nuestro
todo el esfuerzo de ser, y empujar
estructuras atadas con alambre
y ahí estábamos, cansados, bajo el sol
unidos para siempre
sabiendo del absurdo más que nunca
sintiendo nuestra fuerza más que nunca
"tal vez no comprendas nunca (...)"
Andrei Fernández, octubre 2012.